Las láminas de control solar son una fina película de color transparente que se aplica sobre el cristal para modificar sus características, sin cambiar la estructura de la edificación.
Entre las características que “realzan” las láminas de control solar encontramos el reflejo, la absorción de rayos nocivos, el aumento de la seguridad, el aumento de la intimidad, etc. Además, las láminas de control solar ayudan a proteger del calor o el frío las estancias, ayudas a conservar el color del mobiliario, etc.
Tenemos que tener en cuenta que las láminas solares absorben más del 85% del calor que proviene del exterior del edificio, produciendo un ahorro en la factura de la luz y reduciendo la pérdida de calor del edificio.
Se puede utilizar sobre cualquier tipo de cristal, y esto es una de las ventajas que presentan. Son productos de una alta tecnología, ya que algunas tienen hasta 230 capas para adquirir las características buscadas, además de ser altamente perdurables.
Entre los componentes tecnológicos de la lámina de control solar encontramos: pegamento de baja distorsión, poliéster plástico de alta calidad, capas resistentes a los arañazos, así como tintas, metales, aleaciones, inhibidores de rayos UV. Todos siempre de una alta calidad óptica para permitir una visión perfecta a través de ellas.
Uso de las láminas de control solar
Como hemos comentado, la función de las láminas es dotar a los cristales de características que sí solo no tienen. Gracias a estas, muchas edificaciones antiguas pueden actualizarse sin necesidad de realizar grandes inversiones, mejorando notablemente la estética del edificio.
Las láminas de control solar son una barrera eficaz a los efectos nocivos del Sol, reduciendo hasta un 90% los efectos negativos de los rayos U.V. y más de un 80% la entrada de calor a edificios, lo cual supone un ahorro energético considerable que se traduce en un ahorro económico de hasta un 30% en la factura de la luz.
Se mejora el confort y repercute positivamente en el medio ambiente.